Tejadillo No. 12 esq. a San Ignacio, Habana Vieja,
La Habana, Cuba
(+53) 78637283
si
Acerca de
Hostal Tejadillo
El Hotel Tejadillo es un establecimiento, con una curiosa, aunque agradable disposición y una aún más peculiar pero absolutamente útil gama de comodidades. Este hotel está enclavado en una edificación formada por 3 mansiones que datan de los siglos dieciocho y diecinueve recientemente restauradas.
Su ubicación es ideal, doblando una de las esquinas de la Plaza de La Catedral y su bar de la esquina tiene grandes ventanas que miran hacia las calles de San Ignacio y Tejadillo. Tiene 2 patios, uno de ellos con mesas para desayunar y beber decorado con un gran mural de arquitectura, y el otro, lleno de un maravilloso y espeso helecho y un gran árbol de Yagruma.
El pasillo de entrada tiene ventanas altas y tradicionales de rejas coloniales, faroles, techos altos y butacas tapizadas y está decorado con pinturas de artistas locales y también con bonsáis, lo cual se traduce en la más pura fascinación de los diseñadores de interiores de la Habana Vieja. El personal de servicio es muy atento y el hotel goza de un ambiente acogedor y clásico.
Plaza de Armas, Habana Vieja
El Templete
El Templete, una pequeña edificación de estilo neoclásico, fue construido en la segunda mitad del siglo XVIII. Se encuentra en la Plaza de Armas. Este fue el lugar donde se celebró la primera misa pública y también el sitio del primer ayuntamiento de la naciente ciudad de San Cristóbal de La Habana. El Templete se asemeja a un templo dórico y alberga tres lienzos conmemorativos del famoso pintor francés Juan Bautista Vermey. Una de las paredes exhibe el plato que declara a La Habana Vieja Patrimonio de la Humanidad.
Oficios, e/ Amargura y Churruca, Habana Vieja
Plaza San Francisco de Asís
Esta plaza data de la primera mitad del siglo XVII. Su ubicación, a solo unos metros de la bahía, la llevó a convertirse en una importante plaza comercial a lo largo de los años. Se dice que alrededor del año 1600 se podía ver la primera fuente de la ciudad en esta plaza. En 1836 fue reemplazado por una hermosa fuente hecha de mármol blanco de Carrara por Giuseppe Gaggini, bajo los buenos auspicios del Conde de Villanueva. Esta fuente se llama Fuente de los Leones. En su área pavimentada destacan dos edificios dignos de mención: el Monasterio y la Basílica de San Francisco de Asís, que hoy alberga el Museo de Arte Religioso y una sala de conciertos. Es también donde se encuentra la Lonja del Comercio, inspirada en la arquitectura renacentista española y coronada por una cúpula en la que se alza una escultura del dios Mercurio. Entre las casas construidas alrededor de la plaza, se erigió la casa de la familia Arostegui, residencia de los Capitanes Generales hasta que se culminó el Ayuntamiento a finales del siglo XVIII.
Calle Inquisidor e/ Muralla y Teniente Rey, Habana Vieja
Plaza Vieja
Los vecinos de la ciudad insistieron al ayuntamiento en la necesidad de crear una nueva plaza pública para su diversión. En 1587, el consejo municipal decidió utilizar como plaza pública el área detrás del Convento de San Francisco, que se estaba construyendo en ese momento. Durante las últimas décadas del siglo XVI, esta plaza se llamaba Plaza Nueva, pero desde el siglo XVIII, una vez que se construyó la Plaza del Cristo, comenzó a conocerse como la Plaza Vieja. La característica más destacable de esta plaza son los edificios que la rodean, con su incuestionable importancia histórica y artística de haber sido el anteproyecto de un estilo arquitectónico que, junto con ciertos desarrollos, posteriormente se extendió por toda la ciudad y caracterizó la arquitectura cubana del siglo XVIII siglo.
Carretera de La Cabana, Habana del Este
Castillo de los Tres Reyes del Morro
Quizás la más icónica de todas las fortalezas cubanas. Su construcción comenzó en 1589 y se completó en 1630, desempeñando un papel clave en la defensa de La Habana contra las incursiones de corsarios y piratas. Cuando los ingleses atacaron y capturaron La Habana en el año 1762, el castillo fue dañado y más tarde, tan pronto como España volvió a tomar el poder, fue reconstruido y modernizado. Se añadió un faro al Morro en 1764. De pie a 45 metros sobre el nivel del mar, se ha convertido en un símbolo inconfundible de La Habana.