El hotel Palacio O'Farrill es una magnífica mansión neoclásica que está ubicada en la esquina de las calles Cuba y Chacón cerca del puerto de La Habana. Su dueño, Don Ricardo O'Farrill y O'Daly, hizo su fortuna en el comercio de esclavos, y poseía varios centrales azucareros.
Una característica propia de este centro turístico es que logra un acercamiento entre la cultura irlandesa y la Habana Vieja, y como muestra de ello es el restaurante Don Ricardo, donde podrás encontrar recetas de comida irlandesa junto con novedosas combinaciones de carnes con salsas de frutas y guarniciones de vegetales. En el salón Longford se realizan numerosas actividades que logran la fusión de la vida cultural irlandesa y la cubana; pero además, cada 17 de marzo el O’Farrill celebra el día de San Patricio, patrón de Irlanda.
Su patio interior destaca por un antiguo aljibe sombreado por un lucernario. El pasillo de la entrada de la casa es bien impresionante, con un techo alto y puertas de caoba pulidas y tachonadas en hierro, además de los dos pequeños pero elegantes asientos de mármol negros en el pasillo en forma de arco que conduce al patio. La estética general del hotel es el estilo Cubano Colonial.
Refugio No. 1 e/ Zulueta y Monserrate, Habana
Museo de la Revolución
Situado en el antiguo Palacio Presidencial (1920-1960), el Museo de la Revolución es un colorido edificio de una gran cúpula y una mezcla de estilos. Un panorama detallado de la lucha emprendida por el pueblo cubano para lograr su libertad está disponible en sus 38 salas. Sus áreas al aire libre cuentan con el Memorial Granma, donde los visitantes pueden ver, protegidos por una enorme caja de cristal, el bote en el que Fidel Castro y más de ochenta combatientes regresaron a Cuba desde el exilio en México para reiniciar la lucha por la independencia del país.
Carretera de La Cabana, Habana del Este
Fortaleza de San Carlos de La Cabaña
La gran Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, conocida como 'La Cabaña', que corre junto al puerto, fue construida después de la captura de La Habana por los ingleses en 1763. La mayor de las estructuras militares construidas por España en América, esta fortaleza fue completada en 1774 y su presencia formó un elemento de disuasión completo y efectivo contra los enemigos del país. El polígono, que ocupa un área de alrededor de 10 hectáreas, consta de bastiones, revellines, fosos, pasillos cubiertos, cuarteles, plazas y tiendas. Está impresionantemente bien conservado, y los jardines y las murallas se iluminan románticamente por la noche. Esta fortaleza alberga la espectacular ceremonia nocturna de El Cañonazo de las Nueve, el disparo de un cañón que marcó el cierre de las puertas de la ciudad, una de las tradiciones más antiguas y atractivas de La Habana.
Calle Inquisidor e/ Muralla y Teniente Rey, Habana Vieja
Plaza Vieja
Los vecinos de la ciudad insistieron al ayuntamiento en la necesidad de crear una nueva plaza pública para su diversión. En 1587, el consejo municipal decidió utilizar como plaza pública el área detrás del Convento de San Francisco, que se estaba construyendo en ese momento. Durante las últimas décadas del siglo XVI, esta plaza se llamaba Plaza Nueva, pero desde el siglo XVIII, una vez que se construyó la Plaza del Cristo, comenzó a conocerse como la Plaza Vieja. La característica más destacable de esta plaza son los edificios que la rodean, con su incuestionable importancia histórica y artística de haber sido el anteproyecto de un estilo arquitectónico que, junto con ciertos desarrollos, posteriormente se extendió por toda la ciudad y caracterizó la arquitectura cubana del siglo XVIII siglo.
Calle Empedrado, (al lado de la Plaza de la Catedral), La Habana
La Bodeguita del Medio
La Bodeguita del Medio es una visita obligada, restaurante típico de La Habana, y uno de los lugares turísticos más atractivos. La Habana Vieja ha sido frecuentada por innumerables visitantes, desde conocidos escritores como Ernest Hemingway hasta importantes políticos. Su interior ofrece un ambiente típico cubano, así como excelente música, cocina criolla (cerdo asado a fuego lento, ropa vieja, frijoles negros, yuca con mojo, tostones, arroz morro, etc.) y una bebida típica fantástica como el mojito. Siguiendo la iniciativa de Leandro García, un periodista que firmó el muro del restaurante, todas las personas famosas que visitan el lugar hacen lo mismo. Dejan un recuerdo allí en forma de una impresión, una imagen, un objeto o algún grafiti; incluso es posible encontrar las firmas de algunas figuras históricas, como Salvador Allende, Ernest Hemingway o Pablo Neruda. No puede perder la oportunidad de visitar este lugar en su paso por la Habana Vieja. Si no reserva una mesa con anticipación, probablemente no tendrá otra oportunidad de conseguir una, pero seguramente disfrutará de un ambiente increíble rodeado de la historia de Cuba.