Los clientes siempre elogian mucho el servicio del Hotel San Miguel, donde los miembros del personal son particularmente atentos y serviciales. Esta magnífica mansión del siglo diecinueve fué restaurada y ahora es operada por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, así que todos sus beneficios están reinvertidos en la restauración del centro histórico de la ciudad.
El establecimiento se nombra así por Antonio San Miguel y Segalá, un miembro importante de la sociedad de La Habana, quién la adquirió en 1913. Sus interiores combinan la grandeza con la intimidad, a veces con detalles levemente excéntricos, como en la imponente escalera de mármol que contrasta con un vestíbulo algo pequeño. Las habitaciones en el San Miguel son muy cómodas, y desde la terraza de la azotea hay una vista maravillosa de la entrada del puerto y del faro del Castillo de los Tres Santos Reyes Magos del Morro.
El San Miguel está excelentemente ubicado para la exploración de La Habana Vieja.
Tacon e/ Obispo y ORelly, Habana Vieja
Palacio de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad)
Actualmente sede de la Oficina del Historiador de La Habana, el palacio fue construido en 1776 y ha recibido varias funciones: residencia oficial de los gobernadores españoles de la isla desde 1781 hasta 1899 y de la presidencia de la República desde 1902 hasta 1920. El Museo de la Ciudad actualmente ocupa parte de los suntuosos salones con una exposición permanente artes e historia de la época colonial y de principios del siglo XX. El museo exhibe tesoros valiosos como: la primera bandera cubana, los efectos personales de los héroes de Cuba: José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo, junto con una invaluable colección de muebles coloniales, carruajes y otras obras de arte.
San Pedro No. 262e / sol y Santa Clara, Habana Vieja, La Habana
Museo del Ron
Descubra parte de la cultura cubana a través de la historia del ron cubano Havana Club y sus etapas de elaboración. No es necesario beber alcohol para disfrutar de este maravilloso museo, ya que al visitarlo aún podrás adentrarte en la cultura cubana. Este museo ofrece una interesante visita guiada que muestra el complejo proceso de fabricación de ron en máquinas antiguas. Este tour está disponible en español, inglés, francés, alemán e italiano. Explica todo el proceso, desde la fabricación de barricas de roble blanco hasta el proceso de fermentación y envejecimiento del ron, así como una copia a escala del molino de azúcar. Incluye una degustación al finalizar el recorrido en un atractivo bar, donde también podrá degustar una amplia variedad de cócteles cubanos típicos, con música tradicional cubana de los años 30 en un acogedor ambiente de principios del siglo XX. El museo también tiene una tienda.
San Ignacio y Empedrado, Habana Vieja
Plaza de la Catedral
La suntuosa Plaza de la Catedral es el foco de la vida en la Habana Vieja. De particular interés en la Plaza de la Catedral se encuentran la Catedral de la Habana, una iglesia barroca y el Museo de Arte Colonial, ubicado en un bello palacio que data de 1622. Los turistas permanecen en el café al aire libre de El Patio, bebiendo café o mojitos al ritmo del Son Cubano
Oficios, e/ Amargura y Churruca, Habana Vieja
Plaza San Francisco de Asís
Esta plaza data de la primera mitad del siglo XVII. Su ubicación, a solo unos metros de la bahía, la llevó a convertirse en una importante plaza comercial a lo largo de los años. Se dice que alrededor del año 1600 se podía ver la primera fuente de la ciudad en esta plaza. En 1836 fue reemplazado por una hermosa fuente hecha de mármol blanco de Carrara por Giuseppe Gaggini, bajo los buenos auspicios del Conde de Villanueva. Esta fuente se llama Fuente de los Leones. En su área pavimentada destacan dos edificios dignos de mención: el Monasterio y la Basílica de San Francisco de Asís, que hoy alberga el Museo de Arte Religioso y una sala de conciertos. Es también donde se encuentra la Lonja del Comercio, inspirada en la arquitectura renacentista española y coronada por una cúpula en la que se alza una escultura del dios Mercurio. Entre las casas construidas alrededor de la plaza, se erigió la casa de la familia Arostegui, residencia de los Capitanes Generales hasta que se culminó el Ayuntamiento a finales del siglo XVIII.